Cada quien presenta una situación o un bienestar financiero que no se compara con otro. De forma constante se suele pensar que bienestar es sinónimo de la cantidad de dinero que se percibe, al puntaje de crédito o al valor neto que se tenga. Pero lo que sí es verdad es que el bienestar financiero se encuentra determinado por factores que reflejan de forma amplia la forma en cómo administramos el dinero. Entre ellos se encuentran la capacidad de mantenernos al día con las obligaciones financieras, qué tan confiado nos sentimos sobre el futuro y finalmente, si tiene o no, la libertad suficiente para tomar aquellas decisiones financieras que le permiten disfrutar de la vida.
¿Qué cercanía tenemos con el bienestar financiero?
Debemos iniciar conociendo el camino que toma nuestro dinero. ¿En qué lo gastamos, y de dónde provienen nuestros ingresos? Cuando se vigilan esos factores, es posible hacernos una mejor idea de la manera en cómo usamos el dinero hoy, y poder planear para el futuro.
Es importante conocer a dónde se va nuestro dinero y para manejarlo se necesita contar con una manera de seguir el camino de los gastos diarios para poder controlar el gasto total. Es importante tener y mantener un sistema de control de gastos adaptado a nuestras necesidades.
Un consejo que no se debe dejar pasar, es anotar la fecha de vencimiento de nuestras cuentas en un calendario. Ello nos beneficiará si presentamos dificultades para cumplir sus compromisos a fin de mes, ya que puede ocurrir que nuestros ingresos y gastos no ocurran en simultáneo. En tal sentido, resulta útil tener un panorama completo de nuestras finanzas.
La gran diferencia se encuentra en los pequeños cambios
Se pueden considerar pequeños pasos para modificar la historia de nuestras finanzas una vez que tenemos claro cómo estamos con nuestro dinero, paso a seguir es sincronizar nuestros gastos con los ingresos, así haremos que cada presupuesto se pueda ajustar a nuestro flujo de efectivo. Se llama flujo de efectivo cuando el dinero entra y cuando sale. Este debe ser revisado de forma semanal, sobre todo si tendemos a quedarnos cortos de dinero, ésta es una acción que puede ayudarnos a hacer un presupuesto que trabaje en función de nosotros.
Debemos solicitar que nuestras facturas tengan fechas de vencimiento, ya que de esta manera podremos mantenernos al día. Es posible que tengamos semanas dónde nos encontremos apretados con el dinero, en ese momento podemos contactar a nuestros acreedores y compañías de servicios públicos, para solicitarles que nos designen nuevas fechas de vencimiento y que éstas vayan mejor con las de nuestros ingresos.
Otra recomendación es comparar nuestros gastos mes a mes, y ello debemos mantenerlo vigilado en el transcurso de varios meses. Cuando observamos nuestros gastos en tiempo real y comparándolos con el mes anterior, es entonces cuando comenzaremos a encontrar esas áreas donde podemos hacer ajustes y de esta manera guardar dinero para los ahorros.
Siempre debemos contar con ahorros para las emergencias, ya que podríamos creer que ahorrar se encuentra fuera de nuestras posibilidades, pero si se hace de una forma consistente, aunque sea con pequeños montos, eso puede tener un gran impacto a largo plazo.